jueves, 28 de agosto de 2008

novias amateurs

Pero antes de salir yo me acerqué al computador y rocé mi mano con una de sus tetas, pero sutilmente, y abrí un archivo de relatos que tengo en mi PC y cerré el archivo del informe, ella un poco extrañada me preguntó:

• ¿Que haces? • Es que en esto usted me va a ayudar. • Como así? • Si es que el informe trata sobre los relatos de todo tipo que se pueden encontrar en Internet y quiero que usted elija y marque alguno de los fragmentos de estos relatos que le voy a dejar abiertos, eso si, solo los que le gusten, y a todo esto ¿como se llama usted? • Para comenzar cortemos lo de usted, me llamo Sonia y tutéame por favor que el que parezca tu madre no pase de ser eso a serlo.

• Entonces Sonia lee estos relatos (que por cierto eran de un tono bastante subido), y luego me dice cual le gustó y cual parte le gustó más, ¿vale?. • Vale.

jovenes amateurs

• Disculpe. • No te preocupes.

Luego de esto la dejé avanzar un largo trecho y me quedé como idiotizado por ese culo casi perfecto, grande y duro era lo mejor de esta señora. Luego de este espectáculo cerré la puerta y la conduje a mi pieza, en la cual yo estaba realizando el informe y ella se sentó en una silla estilo de oficina que estaba cerca del computador, y le ofrecí algo para tomar.

• ¿Quiere algo para tomar? • ¿Como que? Y yo pensé que tal si me toma la verga y la amasa con sus tetas y luego la introduce en ese culo genial que tiene. • ¿Como un jugo? • ¿Y porqué no algo más fuerte? • ¿Whisky entonces? • Bueno un whisky. • Entonces me espera aquí que yo voy y vuelvo.

tetas amateurs

• Realmente no se, pero si quiere la puede esperar aquí. • Pero, ¿no te molesto? • No, yo estoy haciendo un informe mas bien, me acompaña y hasta puede que me ayude. • Si es así entonces bueno.

Entonces y como todo un caballero le di el lugar para que entrara pero eso si, no mucho para poder rozarla al entrar, ella entró dejándome un culo tremendo apuntando hacia mi y yo ni corto ni perezoso me apegué más a ella y aproveché de sentir por primera vez su culo, el cual era duro y bastante, grande me calentó de sobremanera.

contactos amateurs

Yo para responderle lo pensé un poco y la miré un poco y me calenté con solo verle lo pechos los cuales no eran grandes ni pequeños si no normales, y hasta un poco afectados por la fuerza de gravedad pero no mucho, vestía una polera de hilo la cual marcaba su figura y una falda negra la cual también marcaba sus curvas y le respondí.

• Me parece que dijo a mi mamá que tenía que hacer unos trámites pero si alguien la buscaba que esperan un rato que ella luego regresaba (lo cual era solo mentira). • Ah, ¿y cuanto rato tardará?.

videos porno amateurs

Esto ocurrió sin querer, estaba yo haciendo un trabajo para presentar en la universidad cuando suena el timbre de mi casa y salgo a atender pues me encontraba solo, y me encuentro con una mujer madura de unos 46 años y con un cuerpo espectacular, aún cuando ella estaba un poco ancha creo que es normal que las mujeres se ensanchen con el tiempo, pero esto casi no se notaba en ella, entonces ella me dijo.

• Hola, soy hija de la señora Sara, (esta era una vecina que vivía al lado de mi casa), y vine a verla pero ella no se encuentra, ¿no sabes tú si volverá luego o si ya no vuelve hoy?.

negras tetudas

Ella me dijo que no. Por ahí no pasaba. Yo tampoco insistí, porque creo que en materia de sexo, no hay que forzar a nadie a hacer cosas que no desea. No voy a presumir de haberle penetrado el culo, porque no lo penetré. Acabamos esta vez al revés. Ella se corrió de nuevo con una lamida vaginal mía, y yo me corrí en el interior de su cuerpo, vía también vaginal.

Ya era muy de noche cuando me fui. Antes de irme estuvimos hablando de lo que había pasado, y quedamos que lo podríamos repetir. Pero esto ya es otra historia.


M...como leerás esto, veras que no he exagerado, y que he sido bastante fiel a la realidad. No voy a explicar, como mucha gente hace aquí, de haber penetrado por el culo ni nada de eso. Tengo tu permiso para publicar esto. Espero que te guste, y recuerdes nuestro primer encuentro. Te envío un beso, y hasta pronto.

negras follando gratis

Ella suspiraba, se agarraba los pezones, y nos morreamos. Después de un buen rato así, sentí que ella llegaba al orgasmo, con los ojos como platos, y abrazándome como una posesa. Simplemente, se corrió. Yo aún no estaba, y aunque quería hacerlo en su interior en un principio, le pedí que me la chupara.

- Vale, pero por favor, en la boca no te corras... - Tranquila, te avisaré...

Y así fue. Empezó a chupar y amasarme los cojones. Cuando vi que iba a correrme, la saqué, y apuntando a sus pechos, solté mi carga. Sus pechos quedaron bañados de mi esperma, y me derrumbé en la cama. Estaba hecho polvo. Ella se levantó a lavarse, y volvió a tumbarse a mi lado. Al cabo de un rato, ella me pedía más. Entre besos y meteduras de mano, volví a estar tieso. Intenté que se diera la vuelta y metérsela por el culo.

videos negras gratis

Y nos pusimos a la inversa. Yo a cuatro patas, y ella detrás. Mmmmm. Sentir su lengua húmeda en mi trasero, y sus manos en mis huevos, fue una pasada. Mi rabo alcanzó el máximo estiramiento, y necesitaba vaciarme inmediatamente. Después de unos minutos así...

- Bueno, querida, creo que ha llegado el momento de correrse...

No se lo tuve que decir dos veces. Me cogió de la polla, y fuimos andando hacia su habitación, ya que hasta ahora no nos habíamos movido del comedor. No se molestó ni en deshacer la cama, se tumbó de espaldas, y abrió las piernas al máximo. Me puse entre ellas, lamí su coño de nuevo, y acerqué mi rabo a su cueva. La puse hasta el fondo sin ningún esfuerzo, y me puse a moverme dentro y fuera.

videos porno de negras

Le dije que pusiera su culo en pompa, y ella se puso a cuatro gatas, ofreciéndome su trasero. Puse mi lengua en el agujerito oscuro, y se la pasé de arriba abajo. Mientras, dos dedos míos entraban y salían de su vagina, llenos de flujo, que hacían que el meneo de dedos fuera suave, y la introducción, hasta el fondo. Entre jadeos y suspiros, me dijo que nadie le había lamido el ano nunca, y que no se imaginaba que fuera tan placentero.

- Desde luego, esto es una gozadaaaaammm...decía entre jadeo y jadeo. Pero... ¿no te da un poquito de asco? - Mujer, mientras todo esté bien limpio... - Mmmmm...Mmmmmmmm, aaaah! Ahora quiero hacértelo yo a ti.

negras calientes

Pues nada, abrió la boca y se la tragó enterita. No es que yo la tenga enorme, pero tampoco es pequeña. Sus labios, con mi polla dentro de su boca, casi tocaban mi cuerpo. Luego empezó a sacársela y a metérsela en la boca poco a poco. No era una mamada de campeonato, pero no lo hacía mal. De mientras, ella no dejaba a su coño tranquilo.

Ahora un dedito, ahora dos deditos, ahora me froto el clítoris... estaba como una perra en celo. Yo me moría de gusto, pero aún no estaba por correrme. Eso lo quería hacer en su interior. Le dije que parara, y me preguntó si lo había hecho bien. Yo, como respuesta, la besé en la boca, donde nuestras lenguas se juntaron, y no dejamos de sobarnos y lamernos un buen rato.

videos porno manga

Cuando ella me confesó que ya se había corrido (yo ya lo había notado por los chillidos que pegó), me hizo levantar. Me desabrochó los pantalones, me bajó los calzoncillos, y me acarició los huevos con las dos manos. Luego, dejando una mano en los huevos, con la otra recorrió mi polla de abajo a arriba, y luego hizo como si me masturbara.

- Hijo, lo que me has hecho no me lo había hecho ni mi marido cuando yo era joven. ¡Que pasada! - Pues creo que podríamos seguir... ¿no te parece? - Si, pero...ahora me gustaría chupártela...Pero me da cosa, a mi marido solo se la chupé una vez, y al poco, y sin avisar, se corrió como un cerdo en mi boca...Ahora me da un poco de respeto, aparte que hace mucho tiempo que no lo he hecho.

descargar videos porno

- Joder...joder...joder...mmmmmm. -Iba repitiendo ella, muy flojito, mientras movía su cintura al mismo ritmo que yo movía la lengua. - Te gusta, eh?...- dije yo, mientras con una mano no dejaba de tocar sus pechos.

Luego decidí lamer su trasero. Le quité aquellas braguitas tan tentadoras. Tal como estaba, le abrí un poco las nalgas, y le planté el primer lametón. Ella intentó apartarme con sus manos en mi cabeza, pero yo continué, y ella ya no ofreció resistencia. Con una mano se frotaba el coño, y con otra se tocaba los pezones, que habían alcanzado una medida sin igual.

gratis videos gratis porno gratis

- Ves como las mujeres como tú también son apetecibles?; le dije flojito en la oreja - mmm....mmmmm...ya veo...aaaah! no tan fuerte...suspiraba ella, poniendo sus manos encima de las mías, mientras amasaba sus tetas. - Espera...dije yo. Ahora si que vas a suspirar de verdad.

Le desabroché la bata. Me puse delante de ella de rodillas, y ella, acercó su trasero hasta el final del sillón, de manera que su coño quedara a la altura de mi boca. Con una suavidad increíble, puse mi mano encima de sus braguitas, notando su rajita a través de ellas. Mi polla estaba que reventaba, pugnando por salir de su prisión. Separé un poco su braguita, y una raja inmensa apareció delante de mi, brillante por la humedad. Me acerqué, y olí aquel aroma de sexo, que tanto nos gusta a los hombres. Enseguida mi lengua empezó a recorrer los pliegues de aquella vagina, pasando del clítoris al interior de su agujerito.

videos porno amateur

- La verdad es que me cuido todo lo que puedo, y mi trabajo me cuesta. - La verdad es que está Vd. estupenda; le respondí. - Si, pues mira que mi marido me dejó para irse con una 20 años más joven que yo - No puedo creer que la dejara a Vd. - Si, ya ves, las jóvenes son las que ahora cortan el bacalao. Las de mi edad, nada de nada

Me dijo eso, y me levanté, y me dirigí hacia ella. Ella me miraba seria, y fijamente. Me incliné, y la cogí de los hombros, mientras ella permanecía sentada, y se los acaricié. Sabía que me estaba jugando un tortazo, pero valía la pena. Me incliné aún más, y rodeando su cuello con mis brazos, le lamí la oreja. Ella no dijo nada, y no movió ni un músculo. Luego me situé detrás del sillón, y sin dejar de atacar las orejas y el cuello con la lengua, deslicé mis manos hacia sus pechos, sobándolos por encima del vestido, notando su dureza, que no era poca a pesar de su edad, y sus pezones, que ahora ya estaban desbocados.

videos porno caseros

Lo abrí, y era una camiseta nike, de color azul marino. Le di las gracias, y ella se arrellanó un poco más en el sillón donde estaba sentada. Se le abrió un poco más el vestido por la falda, y pude ver que llevaba las mismas braguitas que el otro día. Ya me empecé a poner nervioso. Me probé la camiseta, y me iba perfecta. Le di dos besos de agradecimiento, y nos pusimos a hablar de cosas varias.

Me contó que estaba separada de su marido hacía 5 años, y por eso vivía aquí sola. Me confesó que tenía 51 años, y me dejo perplejo. Yo le echaba 45, y se lo dije. Ella sonrió.

colegialas folladas

Llegué, llamé, y me abrió. Ya no iba con bata, sino con un vestido con tirantes, que le llegaba hasta un poco por debajo de la rodilla. Ahora sí que podía ver sus pechos. Eran grandes, y se marcaban los pezones. Iba con sujetador, pero los pezones se adivinaban bien. Estaba más arreglada que el otro día, y me invitó a sentarme en el sofá. Ella se aproximó con un paquete y me lo dio, sentándose enfrente mío.

- No hacía falta que comprara nada, mujer - Si, si, que te portaste bien. Ahora ábrelo.

chicas colegialas

Me acompañó hasta la puerta, y me preguntó cuánto iban a tardar en cambiárselo. Le dije que unos 4 días por lo menos. Ella contestó que no importaba esperar un poco, porque al fin de cuentas, estábamos en verano y tampoco dependía del calentador. Quedé que pasaría por ahí cuando los operarios le hubiesen instalado el calentador, para verificar que todo estaba bien. Me fui para mi casa con la imagen del coño de esa mujer, que, aunque solo había visto un poco, ya fantaseaba con comérmelo enterito.

Pasaron los días, y me llamó la señora, comunicándome que ya estaba puesto, y que funcionaba de maravilla. Yo le dije si hacía falta que pasara por ahí, y me dijo que si, que me había comprado una cosita por lo atento que había sido con ella. Quedamos que saldría del trabajo a la tarde, e iría a su casa.

colegialas lesbianas

Cogió, y subió. Yo aguantaba la escalera, y no me atrevía a levantar la cabeza. Pero claro, el instinto me la hizo levantar. Lo que vi me puso malo. Debajo de la bata sólo llevaba una braguita tanga, que no tapaba ni la mitad de su peludo coño. Se le salían los labios por los lados, y apenas tapaba su lindo agujero trasero. Para mí que se dio cuenta, y juntó las piernas, que eran gruesas pero no celulíticas, y solo pude ver sus preciosas nalgas, algo caídas, pero para nada despreciables. Bajó inmediatamente.

- Vaya, ya he visto el agujero de la tubería - Si, respondí. Yo también lo he visto. - Ya, ya! Dijo ella, poniéndose un poco roja.

sexo colegialas

Me dio las buenas tardes, y me hizo pasar a la cocina. Evidentemente, le habían hecho una chapuza. Me subí a una escalera y vi que la tubería superior estaba desencajada, aparte de que el calentador no recibía gas y no se encendía.

- Este calentador lo cambiaremos. Usted no debe pagar nada, ya que va a cargo del inquilino. - ¿Pero el fallo dónde está?, dijo ella. - Bueno, no recibe gas, no produce chispa, está para tirarlo. - Ya. Cerré la llave de paso al ver que olía a gas, y es que lo perdía por arriba - Justo. Súbase si quiere, y verá el tubo. Esta medio podrido. - Vale, subo, pero sujéteme la escalera.

colegialas asiaticas

Pasó una semana, me olvidé del tema. Un día, casi a punto de ir a comer, me suena el teléfono. La mujer del jodido calentador. Que no se lo han cambiado, que se lo repararon de una manera chapucera, y que vuelve a estar estropeado. Dijo que a ver si podía pasar a verlo por la tarde, ya que estaría ella, y así podríamos solucionar el problema directamente, porque el problema ya pasaba de la raya.

Otra vez para allí, y para colmo, llovía a raudales, la típica tormenta de verano. Salí de la oficina de manera que luego ya no tendría que volver, e ir directamente hacia mi casa. Chaparrón en la calle, y el chaparrón que me iba a caer por parte de la señora. Toqué el timbre del piso, y me abrió la señora. Conté que debería tener unos 45 años, bien cuidada, muy guapa de cara, con un cabello rubio rizado. Vestía una bata de estar por casa, por encima de las rodillas, pero al mismo tiempo recatada. Se adivinaban unos pechos medianos, pero con la bata no se podía hacer una aproximación del tamaño real.